lunes, 28 de enero de 2013

Epílogo.


-Tenía una obsesión grave con el tiempo.
-Lo sé Doctor. La oigo hablar.
-Quizá si la hubiera escuchado, hubiésemos tenido un diagnóstico completo.

Indignado, aparta las manos de las tripas de su paciente, que parecen rugir en un intento de decir La Palabra; una especie de traición o venganza. Le cierra los ojos, ya ni pozos ni puertas, y da por terminada la autopsia. 

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