sábado, 21 de abril de 2012

In my own wonderland.


El suelo retumba, y un hormigueo sube por mis piernas, alborota mi estómago, y sigue ascendiendo hasta hacer temblar mi corazón. Mis ojos bailan por la sala, girando con todo lo que encuentran para guardarlo en mi memoria como detalles de lo que quiero, de lo que soy.
Miradas fugaces de gente que siente, pero no comprende. Aquí es todo demasiado grande, no puedes intentar abarcarlo, sólo puedes tirarte de cabeza y sumergirte.
Y yo ya me he convertido en un pez. Me cuesta respirar cuando estoy fuera. Todo es silencioso y tranquilo. ¿Acaso a la gente no le molesta que no haya ruido? ¿Qué no les recuerden que están vivos?
Cierro los ojos dejando que me invada, y por un momento estoy de nuevo perdida en aquellos bosques encantados en los que no sabes donde estás y todo parece posible. De nuevo en aquellos acantilados de vértigo, frente al mar. 
El mar… una inmensidad comparable únicamente a la del amor… Y eso es en lo que estoy inmersa… Furia, euforia, felicidad, tristeza, soledad, pasión, melancolía… todo comprimido en amor.
“Life is a song, love is music… and music is all we need in this life.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario