martes, 25 de marzo de 2014

Lo bonito de los trenes de larga distancia, es que a veces son barcos pirata.

Y pensar que hace ya un año del Círculo Polar. 
De cuando aprendimos la nieve, y Aurora nos enseñó a llorar de colores y no tanto en blanco y negro. 
Hace ya un año que me caí de la casi cima del mundo. 
Un año desde que cualquier norte es menos norte, y el hielo ni cubre ni apaga incendios.
Medias tintas,
pero siempre un poco más
de frío
cuando no estamos,
para que hasta el último verso arañe la piel con escarcha.








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