viernes, 9 de marzo de 2012

08/02/2012 (estaba por ahí, inacabado y sin subir...)

El rimel se corre, y un río negro desciende por mi pómulo hasta la comisura de mis labios.
Busco consuelo en palabras de gente desconocida cuyo rostro nunca he visto ni veré.
Las verdades de este mundo… Mentiras. Indiferencia.
Ya nada que no mate, o que no se pueda pagar, tiene importancia.
El dinero no puede comprar el amor…
Triste.
No quiero leer sobre eso. Pero es lo único que encuentro en todas partes. Destrucción. Hasta los cuentos de hadas esconden indirectas.
Yo solo quería dulces mentiras, aunque fuese sólo por esta noche.
Me desnudo y me siento sobre la colcha, abrazándome las rodillas, intentando hacerme más pequeñita de lo que ya soy para el universo.
¿Podría desaparecer?
Los golpes de mi corazón parecen llegarme con un eco metálico y afilado.
¿Por qué es todo un bucle? Ya siempre es lo mismo. Los mismos sitios. Los mismos temas de conversación. 

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