domingo, 30 de diciembre de 2012


¿A qué? Ya no importa. Sólo importa jugar; seguir, o empezar.
Pero eso no lo explica. Porque mi pelo cae como una telaraña a los lados del paisaje, escurriendo agua. Porque mi piel, llena de arañazos, incluso sobre las huellas moradas de golpes que no tengo archivados.
¿Y de dónde me saco una razón?
Y ahora es cuando empiezo a hablar conmigo misma. Con esa vocecita de dentro, tan irritante. Pero ella da excusas, no razones.
Bah, no sabe jugar. O tal vez son mis exigencias de reina las que están fuera del tablero. “¡Que le corten la cabeza!” Ya sabéis, como la teoría heliocéntrica, pero con la Luna. Una luna malvada y con ojeras.
Yo, que soy más vagabunda de nubes –que casi siempre escupen fuego-.
Esperad. Un traguito; se me queda la boca seca. Los dientes. Los verbos. La lengua. Afilar.
Ya está. Ya se me ha escapado; el turno, y una vuelta del mundo.
Y lo peor es que sigo con la garganta moribunda, el pelo mojado, y la piel agrietada.
Pero jugamos. Mudos. Jugamos. Sino, no me explico tu sonrisa de gato psicótico en pleno invierno.
Qué gracioso.
Recuerdo. Me estás apartando el pelo.
Recuerdo. Tu lengua también corta.
Recuerdo. La humedad de mis pupilas en equilibrio con la de tus labios.
Y sangrar los verbos, por qué no. Pero excusas, y no razones. Y a veces las sonrisas alejan.
Y cielo despejado. Y boca seca.
Y olvido. Y jaque mate.
Y sin echar las monedas, el agua, la sal, el polvo, cenizas.
“GAME OVER”.

…Y seguimos jugando.


-En fin, estas cosas son el resultado de estar ya medio dormida, cuando “un algo” te golpea, y te hace levantarte de la cama, e improvisar. Al empezar el texto no pretendía que saliese algo así, ni si quiera algo parecido, pero… dejarse llevar es lo que tiene. Mañana dedicaré el tiempo a escribir lo que realmente tenía pensado, y esto que quede como un pequeño residuo nocturno espontáneo.
Bona nit =)-

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