domingo, 23 de junio de 2013

Egoísmo de universo concentrado.

Estas noches sola, en las que todo es mío. Esta música que sólo estoy escuchando yo; conciertos de interior. Esta risa sin cómplice que rompe el silencio de nadie. Este alcohol que escuece sin nombre, y se ahoga en el humo de un cigarrillo en labios de quien no suele fumar. Bukowski, que esta noche me tiene de amante, compartiendo mis ojos con relatos de Poe, hasta que mis párpados no quieran más. Copas de vino (y se fue) que se estrellan en francés; por leer a Baudelaire a estas horas.  Mi alfombra, que cada par de horas me invita a la última cerveza –quién sabe con qué propósito, si ya me ha visto descalza-. Luces tenues que creen iluminar a Marilyn posando para Warhol, mientras mi gato me observa aburrido. Paredes que ya se saborean los versos que tienen escritos, de memoria y de repente. Fresas (y frases) con azúcar, porque es verano y está la ventana abierta.

Y al final “je ne t’aime plus, mon amour”, porque pa’ qué. Con lo bien que sienta este egoísmo de universo concentrado, estos acordes sin dedicatoria, y este escalofrío que no recuerda a nadie. 

2 comentarios: