jueves, 27 de marzo de 2014

Las mismas palabras repetidas en bucle. Por si fuésemos algo.

Guardo los recuerdos en olores
por si cupiese todo en el subconsciente
de mi nariz.
Me olvido,
y pongo una coma para disimular
el punto y abismo
que sigue a certezas como esa.
Que sigue andando
 como si pudiese no bailar,
triste y alegre,
y persiguiendo trenes para dejarlos
ganar.
Ganas de saltar.
De saltarte         encima.
De saltarme       los charcos
que ahogan puertas a medias.
De abrir todas las puertas
y que entres. Olor
a herida
 a sangre            
 a insomnio       
 a tinta,
a nuevo y a viejo,
a sal y a sol.
A mí.
Voy a reescribirme
desde el olor a nada de las flores secas,
mojando el papel
para recordar que sólo somos
 las mismas palabras
repetidas en bucle
                -verso y prosa-.
Pero siempre será mejor
lamernos las ruinas,
hasta que escuezan otra vez,

que no escribirnos
                 (la)  nada.

1 comentario:

  1. Recordando que tengo que quedar contigo para reclamarte mi libro de Sade y mis apuntes de Lenguaje Literario, decidí pasarme otra vez por aquí. Veo que has mejorado lo que ya vi latir en su día, hace tiempo, criatureja. Me alegro. ;)

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