Mis labios secos, sangrando impaciencia. Arañazos que no tengo. Sólo mi piel se agrieta. Escuecen las costuras, desgarran los abrazos. Miradas lejanas, que no vacías. Juego desde lo más alto, a ver si nos duele el aire entre líneas. Se corrompe el orgullo, se desnuda la inocencia. Entre sábanas ajenas escondemos pesadillas.
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