sábado, 19 de mayo de 2012

Agridulce e incompleto.


Hoy es una de esas tardes.
Tardes de Los Smiths dando vueltas en el tocadiscos; de café; de humo de cigarros y de inciénso enredándose en las dudas; de papeles arrugados tirados por la habitación; de velas, de luces, que matan tanto la oscuridad como la luz, que sólo dejan espacio a un teatro de sombras temblorosas en el gotelé; de pintura derramada por el suelo; de tormenta, y brillante gris.
Tardes... de estar agusto en soledad con una misma. De no necesitar a nadie, ni nada más que lo que hay en este cuarto. De no querer que ninguna palabra rompa mi silencio, ni mucho menos que ningún silencio manche mis pensamientos.
Tardes casi de cuento. Tardes en las que eres casi feliz.
Pero todo es agridulce, y está incompleto. Como si faltase una última frase, para poder poner el punto y final. Tardes que serían perfectas...
Serían perfectas, si después de la soledad y la tarde, llega una noche de luna llena de cosas buenas; de Sabina en la radio; de humo lejano; de llamas más brillantes; de vino en copa, y una caja de pizza encima de un mantel de cuadros...
De sexo de postre, con amor espolvoreado. 

2 comentarios:

  1. Esas son las mejores tardes. tardes en las que una se ama a sí misma y solo quiere regocigarse en ello. Tardes que al final naufragan en algún que otro pensamiento...
    Es un gusto leerte, una se siente comprendida =)

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  2. Muchas gracias. Me alegro de que le sirva a alguien =)

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