viernes, 18 de mayo de 2012

La ensalada de una equilibrista.

Desde que el sol amanezca entre montañas hasta que la noche te ofrezca tu abrigo,
despierta tus sentidos amigo,
no te pases la vida mirándote el ombligo.
Háblame de ti, cuéntame que te gusta hacer cuando no puedes dormir.


Y no te pido comprensión, pues no hay en mi mundo, ni medida, ni equilibrio, ni cordura, ni pretensión.


El dragón ha olvidado mi castillo y ya no hay nadie que custodie la torre en la que habitan mis flores.
Es una cuerda floja hoy, lo que ayer era hormigón.
Háblame de ti, poeta enamorado de una sensación fugaz,
de un sentimiento que viene y va, como tus palabras al cantar.


Y no te pido comprensión, pues no hay en mi mundo ni medida, ni equilibrio, ni cordura, ni pretensión.


Cuanto más busco la lucidez, más me alejo del punto medio que busca su madurez.
Equilíbrame, llévame donde la fuerza de la gravedad, venga en pac con un arnés, y no con el miedo a caer.
Es una cuerda floja hoy, lo que ayer era hormigón.


Y no te pido comprensión, pues no hay en mi mundo ni medida, ni equilibrio, ni cordura, ni pretensión


Vulnerabilidad que calla la voz de mi valor...
para dar por terminada esta canción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario