martes, 28 de mayo de 2013

Aferrarse a una improvisación ardiendo (o de cuando Inspiración se esconde de mí).

Como cuando las cenizas queman, pero el fuego está apagado.
Me fallan los ojos. Como si el frío despeinase las pestañas y vaciase las cuencas.
Me fallan las piernas. Como si tener un rumbo fijo hablase de cornisas sin vértigo, pero igualmente suicidas. Involuntarias.
Me fallan las manos. Como si el temblor de las páginas de un libro se hubiese pegado a mi piel.
Me fallan las cuerdas vocales, como si supieran del equilibrio y sonrieran sin piedad alguna.
Pero lo peor. Me fallan las letras. Como si me las hubiesen amputado las ganas atadas a la cama. Como si no supiese qué falla, y no pudiese arañarlo en el papel. Como la tinta hirviendo en las venas, pero sin llegar a desangrar.
Me fallo. Otra vez. (Dis)continuamente.
Por eso me río. Me río cada vez que haces una mueca triste, porque no sabes qué has hecho mal, ni cómo me has herido.
Como si fueses capaz de hacerme ni la mitad de daño que me hago yo misma.
Como si alguna vez hubiese(s) sabido mantenerme respirando.

2 comentarios:

  1. ''Como cuando las cenizas queman, pero el fuego está apagado''

    Muy buen blog.

    Pasate si puedes http://corazonescoleccionables.blogspot.com.es

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