lunes, 11 de noviembre de 2013

De cuando se pone el sol de cada farola.

Lo bonito que es idealizar hasta los huesos
en un banco de Cibeles
llenándonos de besos
y de lluvia
y de vapor de invernadero,
mientras sale el sol y arranca el metro.
Aunque después de la siesta
ya no sea lo que era hace unas horas,
cuando era más otoño,
y había un portal en cada acera.

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