martes, 19 de noviembre de 2013

"Oigo cómo crecen las margaritas".

Probablemente esté repetido, pero.-

"-Habrá tormenta- gritó la niña, precipitadamente.
Parecía muy asustada de la oscuridad que se había cernido sobre el bosque, y de los retumbos que sacudían de vez en cuando el cielo. Ese miedo me sorprendió, pues antes no había tenido miedo de la hierba.
Parecían afectarla tanto el ruido, la oscuridad, y la fuerte lluvia, que le puse un brazo por los hombros. Al hacerlo, experimenté algo nuevo, una sensación menos ajena y desasoseguada, más responsable y extrañamente intensa; como si hubiera heredado una confianza y un privilegio. Por primera vez sentí cierta afinidad con el monstruoso paisaje; sabía que me habían enviado al sitio adecuado.
-Eres muy valiente- dijo ella, mientras los ensordecedores cielos parecían inclinarse en torno a nosotros y gritarnos al oído-; ¿no lo oyes?
-Oigo cómo crecen las margaritas".

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