Cuando llega la nada, salvo el "huir" por las paredes. Nunca se cansa. Nunca arde. Sólo se convierten en cenizas las palabras, que nunca. Las que murieron por la sequía en los ojos de Lady Tinta, desnuda y con el alma a punto de caducar. Como el papel agrietado en el cuerpo.
Y en la boca, el recuerdo de un olor.
VERSOS RESUCITADOS Nº 21.
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