lunes, 5 de diciembre de 2011

“Aquel que ha mirado en la calma de esos ojos, aquel a quien se han abierto esos dulces labios, ¿de qué otra cosa podrá hablar?

¡Paz de la belleza! ¡Paz divina! Quien calmó una vez en ti su vida furiosa y su espíritu lleno de dudas, ¿cómo podrá encontrar remedio en otra parte?"

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