“Aquel que ha mirado en la calma de esos ojos, aquel a quien se han abierto esos dulces labios, ¿de qué otra cosa podrá hablar?
¡Paz de la belleza! ¡Paz divina! Quien calmó una vez en ti su vida furiosa y su espíritu lleno de dudas, ¿cómo podrá encontrar remedio en otra parte?"
No hay comentarios:
Publicar un comentario