lunes, 18 de julio de 2011

(El juicio)

Ry - Haz tu declaración, o haré que te ejecuten, estés nervioso o no.
S -Soy un pobre hombre, Majestad, y aún no había empezado a tomar mi té..., hace una semana poco más o menos..., y como las rebanadas de pan con mantequilla son tan delgadas... y las titilaciones del té...
Ry -¿Las titilaciones de qué?
S -Eso empezaba con té.
Ry -Por supuesto que titilaciones empieza con T. ¿Me tomas por imbécil? ¡Sigue!
S - Soy un pobre hombre, y muchas cosas titilaban después de que... sólo que la liebre dijo...
L –Yo no dije.
S -Sí dijiste.
L -Lo niego.
Ry -Lo niega.
S -Bueno, en cualquier caso, el Lirón dijo... Después corté un poco más de pan con mantequilla.
Ry -Pero, ¿qué dijo el Lirón?
S -Eso no puedo recordarlo.
Ry -Debes recordar, o haré que te ejecuten.
S -Soy un pobre hombre, Majestad.
Ry -Lo que eres es un pobrísimo orador. Si es todo lo que sabes del asunto, ya puedes bajar.
S -No puedo bajar más, ya estoy con los pies en el suelo.
Ry -Entonces puedes sentarte.
Ra - Llamad al siguiente testigo.
Ry - Presta declaración.
C -No quiero.
Ry -¿De qué están hechas las tartas?
C -De pimienta sobretodo.
Lir -De melaza.
Ry -¡Detened a ese Lirón! ¡Decapitadlo! ¡Que lo supriman! ¡Que le corten los bigotes!
Ra -¡Que le coooorten la cabezaaaaa!
Ry -No importa. Suiguiente testigo. ¿Que sabes de este asunto?
A - Nada en absoluto.
Ry -¿Nada en absoluto?
A -Nada en absoluto.
Ry -Eso es muy importante, ¡anotadlo!
C -Inimportante, es lo que habrá querido decir su Majestad supongo.
Ry -¡Sileeeeencio! Regla 42: Toda persona de más de una milla de alto deberá abandonar la sala.
A -Yo no mido más de una milla.
Ry -Si la mides.
Ra -Casi dos millas.
A -Bueno, de cualquier modo no me iré; además, esa regla no vale, acaba de inventársela.
Ry -Es la regla más antigua del libro.
A -Entonces tendría que ser la Número Uno.
(...)
Ry -¡Es la prueba más importante que hemos encontrado hoy! Jurado, el veredicto.
Ra -No, no, la sentencia primero, el veredicto luego.

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