lunes, 16 de mayo de 2011

Funambulista

En un juego de habilidad que nos mantiene despiertos, caes de rodillas sobre el alambre… El balanceo obliga a tus músculos a conseguir una perfecta exactitud en el movimiento; esa exactitud es la belleza de tu danza.

Piensas... “Las calles en todas las ciudades son iguales. El suelo me haría tropezar… solo el alambre me sostendrá… Pero camino a lo largo de una línea recta… siempre recta… ¿Y si me dejo caer?”

Mientras, cómodamente, la multitud de mirones se incomoda en sus butacas, se inquietan, se indignan al ver un ser tan gracioso arriesgarse a la muerte.
Logras el salto y vuelves al hambre de vértigo…


No hay comentarios:

Publicar un comentario