miércoles, 18 de mayo de 2011

Y darle la vuelta al reloj de arena...

Invertir el proceso. Que vuelva a caer cada pequeño grano, lentamente.
Démosle vueltas al reloj de arena. Una y otra vez.
Démosle vueltas... hasta que nos cansemos de la música... Hasta que nos cansemos de bailar...
Haz sonar el violín para mí... hasta que nos cansemos de girar.
Hasta que toda la arena haya caído, y ya no quede más; y el tiempo se detenga, y ya sólo exista el sonido de esas cuerdas, y la imagen en el aire, de cómo solíamos danzar.


[Inspirado por el corto "El músico y la muerte" (Muzikant a Smrt), de Lubomir Benés.]

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