martes, 17 de mayo de 2011

¿Irse en silencio?


La niebla de los ojos parece evaporarse, el frío de los labios comienza a mitigarse. Alzo la mirada, pero sigo sin conseguir ver nada en medio de esta luz sin color. Otra vez estoy buscando sin buscar nada. ¿De nuevo me hago las preguntas equivocadas? Tanteo a mi alrededor, deslizando las manos en el vacío, rompiendo con suavidad el aire. No sé si me siento ligera o me siento pesada. No sé si el dolor lo causa tu ausencia o tu presencia. La luz empieza a aclararse, volviéndose grisácea, como si vieses un anochecer nublado tras una pantalla de cine. Una luz fría que entumece los sentidos. Pero al menos ahora veo qué me rodea… ¿veo o imagino? Siento que te alejas, que te acercas, que no llegas… Y me miras desde lejos, pero apartas la mirada. Rozo el suelo con los pies, y me siento con delicadeza, tratando de ocultarme al encogerme, ocultarme de una mirada que no se posa en mí, que no me pertenece, (¿o sí?). Todo vuelve, -las pesadillas, los temblores, las lágrimas derramadas sin control, las voces en mi cabeza (susurros de gente que no hablaba), la sangre en mis labios…, y el dolor, ese dolor que me impedía respirar y que fue lo que me volvió como fui…como soy.
Contemplo el agua, frente a mí, susurrando mi nombre como si fuese una palabra olvidada.
La figura de un reflejo se forma en el agua, mirándome. Por un instante me volvió a latir el corazón, pensando que tus ojos se dignaban a fijarse en mi presencia, pero la imagen no era tuya. Un rostro familiar y extraño me observaba desde el agua. Su pelo intentaba tapar su cara, llena de sangre, sangre de sus lágrimas. Me asusté; intenté gritar pero no pude, estaba sumergida en la mirada de la criatura. ¿Otra macabra pesadilla? Observada por un reflejo de mi cuerpo, un reflejo de mí misma. Me agarró con toda la fuerza que parecía tener, (a pesar de no ser mucha, sus uñas arañaron mi piel). Apoyándose en mi brazo se incorporó, salió del agua, escurriendo gotas que caían por su cuerpo, por el mío. Jadeaba. Me miraba, con una especie de tristeza y odio. Abrió la boca, y un grito, un grito silencioso, sin sonido, se coló en mi interior, destrozándome completamente por un instante.
Cerré los ojos, para apartar el ruido. Cuando los abrí ya no estaba.
Otra situación que no sé controlar. ¿De vuelta al frío? Pensé que no volvería a pasar. ¿Por qué? Seguro que tu también te lo preguntas… ¿O no lo sabes? ¿O no te importa? Quizá no importe en sí… Un hecho más. ¿Será lo mismo? ¿Será peor? ¿Será?
(No sé si preguntarme, no sé si dejar. No sé si quiero saber, no sé si quiero ignorar.)

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