lunes, 16 de mayo de 2011

Luz oscura. (Dedicado a quien ya sabe =))

Miro hacia arriba, arriba…arriba… Ahí está. Pequeño, brillante, con su luz gris pálida. El puntito parpadeante revolotea en mi cielo púrpura, y con un destello casi apagado, me sonríe. Sus esfuerzos por iluminarme, a pesar de que su propia luz es ya casi inexistente, hacen que se me empañen los ojos, y piense en el dolor que debe inflingirle que yo no haga más que debilitarle, haciendo que mi oscuro cielo se cierna sobre él, lo rodee, intente engullirlo.
La velocidad comienza a ser excesiva. Las gotas de lluvia, que ya apenas siento, empiezan a arañar mi piel, haciéndome sangrar. La sensación es confusa. La luz oscura me ilumina de nuevo. ¿Por qué no se marcha? (Ojalá no se marche…)
Freno en seco, y me agacho para olisquear las flores de papel. La estrellita se esfuerza en iluminarlas, dándoles un tono apagado, apenas gris, pero al menos algo más interesante que la total ausencia de color que tenían antes.
Me recuesto en mi interior, a escuchar el silencio. Con los ojos cerrados, casi palpo su presencia, y me invade una horrible sensación de culpabilidad, al sentirme reconfortada por su exiguo brillo.
Abro los ojos de nuevo, y me doy cuenta de lo mucho que adoro encontrar ahí su resplandor cuando despierto, (casi me hace olvidar las pesadillas, las locuras de los sueños…)
Casi me ahoga la frustración, el ansioso deseo de tocarlo, de proporcionarle más luz, y conseguir que brille, -para él, para mí.
Mi puntito se esfuerza por irradiar su luz, por cegar, porque alguien lo observe brillar con su luz, su oscura pureza, simplemente como es. Se desespera con la idea de que nadie sepa verlo. Empleo todas mis fuerzas en levantar la mirada hacia el cielo.
El agua negra empieza a adquirir un tono azulado, se empiezan a escuchar sonidos lejanos, como un dulce repiquetear de campanas.
Necesito creer en mí por una vez; ya no solo yo dependo de ello. Y a pesar de que la lucecita titila lo más alto que puede en el cielo, esforzándose por mantenerse fuera de mi alcance, sé que encontraré la manera de volar, de escalar al purpúreo infinito, y colgar rayos de luz de la nada, salvándonos, iluminándonos a ambos.

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